Nada más tener conocimiento de la aparición de una serie de trampas para ciclistas en montes de Verducido, el Seprona de Pontevedra ha abierto una investigación para dar con la persona que los colocó y para determinar si estar actitud puede tener reproche penal o administrativo. Las indagaciones se centran en cables colocados a la altura del cuello y tablones en el suelo con clavos.
Tras precisar que este tipo de pesquisas suelen ser muy complicadas, desde la Guardia Civil hicieron un llamamiento a la colaboración ciudadana para erradicar estos comportamientos, e insistieron en que es preciso que aquellas personas que se encuentren con trampas deben comunicarlo inmediatamente al Seprona.
Ayer, uno de los obstáculos denunciados –un cable de acero colgado entre árboles a la altura del cuello– no había sido retirado. De hecho, ya por la tarde, un miembro del Club Ciclista Farto se desplazó hasta el sendero para señalizar con cintas esta guillotina.
Por su parte, José Carlos Morgade, secretario de la mancomunidad de montes de Pontevedra, dejó muy claro que se trata de actuaciones «extremas que se deben terminar». En todo caso, precisó que hay quienes «creen que pueden andar por los montes con motos, con quads, con bicicletas. Tienen que entender que los propietarios no tienen la obligación de tener las pistas como caminos públicos, porque no lo son, son pistas para servicio de los propietarios», ante lo que el colectivo ciclista se pregunta si es lícita entonces la colocación de estas trampas, cada vez más extendidas en todo el territorio peninsular.