Niños que arreglan bicis de alquiler para concienciar sobre su uso

Las bicis de alquiler invadieron la capital a finales del pasado año y, desde entonces, protagonizan todo un álbum fotográfico del gamberrismo urbano. En él aparecen colgadas de cables, apostadas en balcones, en el cauce del Genil, despojadas de sillín o manillar, maltratadas en cualquier rincón de Granada y hasta de ‘viaje’ en la costa. Los granadinos reclamaban desde hace años un sistema como este. Pero, especialmente durante el periodo de prueba, ofrecido por dos empresas asiáticas, hubo quien se empeñó en fastidiar el invento. En la otra cara de la moneda están quienes han aprovechado la ocasión para concienciar sobre el buen uso de la bicicleta. En un rincón de la Zona Norte se afanan en dar una nueva vida a las bicis amarillas, y lo logran poco a poco.

Durante unas semanas, la biblioteca del colegio Luisa de Marillac, en Molino Nuevo, se transformó en un improvisado taller de bicicletas y, al mismo tiempo, de conductas. Fueron los propios alumnos quienes sembraron en el claustro la semilla de esta idea.

Cuando llegaban al ‘cole’ describían las bicicletas del barrio, algunas de ellas en mal estado. Como explica el director del Luisa de Marillac, Basilio Granados, el tema caló en el claustro de profesores –son trece los docentes y 127 los alumnos– y decidieron debatirlo entre ellos.

«Cuando empezamos a ver las noticias de los destrozos de bicicletas en la Zona Norte, nos preocupamos. Empezamos a hablar en el claustro sobre cómo podíamos darle solución al tema», relata Rafael Funes, uno de los profesores. Sacaron el tema en clase y generaron debate entre los alumnos. «Todos los niños que veían una bicicleta la traían aquí para arreglarla y después llevársela a las empresas que las suministran«, añade Basilio Granados. No es una cuestión material –las empresas asumen que las bicicletas serán objeto de actos vandálicos– sino educativa. De cambio de mentalidad.

Y así, durante las primeras semanas del año llevaron a cabo esta iniciativa. Aprovecharon que el sistema era todavía gratuito y podían ‘desbloquear’ las bicis con ayuda de sus padres (no está permitido el uso de las mismas a menores) para llevarlas al colegio.  En ellas hacían pequeños ajustes en frenos, sillín, cadenas… Hubo un momento en que casi no se podía pasar a la biblioteca, por la cantidad de bicis ‘en reparación’. Llegaron algunas más, pero estaban demasiado deterioradas como para tratar de arreglarlas y las devolvieron a las empresas.

«Los niños han sido el testimonio en la calle de lo que se estaba haciendo, y eso es una forma de cambiar el barrio«, cuenta Funes. Con el taller de las bicis amarillas, los profes han logrado un triple avance:

  • Han concienciado a los menores de que hay que hacer un uso correcto de este tipo de recursos,
  • A raíz de ello les han hecho portavoces entre sus amigos y familiares en el barrio
  • Como consecuencia, han revertido la asociación entre vandalismo y Zona Norte generada con la difusión de algunas de las imágenes de bicicletas destrozadas.

Proyecto educativo

Basilio y Rafael dejan claro que este tipo de iniciativas no responden a una labor ‘social’. Corresponden con el propio programa educativo del centro. «Somos una escuela. Lo que nos diferencia de otras propuestas educativas es que, en nosotros, lo curricular trasciende al ámbito social», señala Basilio Granados. «Siempre estamos implicados y hacemos que los críos se impliquen en estas historias (…) Nuestra idea es cambiar la mentalidad del barrio desde ellos, porque la escuela sirve para cambiar socialmente. Y los resultados se consiguen, poco a poco. Todos estos programas sirven para eso», concluye.

Las condiciones del barrio son complejas, no lo niegan. Pero confían en que el distrito Norte cambie de mentalidad con la suma de estos pequeños gestos. Las bicicletas ya son de pago y llevarlas al ‘cole’ es más complicado, pero tratarán de dar continuidad a la iniciativa.

Desde Ofo trasladan el agradecimiento por «toda ayuda para concienciar en el buen uso del sistema de bici ‘flotante’».

Con estas iniciativas que consigue enmendar lo que parecía una tendencia al vandalismo contra estas bicicletas de alquiler

En este sentido, Basilio Granados es tajante: «Los resultados se han visto inmediatamente. Muchos (en el barrio) utilizaban las bicicletas para ir al instituto. Pero otros les daban mal uso. Está todo solucionado, ha influido bastante la propaganda de los chicos». Y ellos, ¿qué dicen? Tímidos, cuatro de los chavales cuentan que han aprendido la lección: «Hay que cuidar las bicis». Añaden que: «Son una buena idea, por ejemplo para los mayores, para que vayan a donde quieran de la capital en bici«.

Fuente: Ideal

Pintado de bicis, Clases de mecánica y Reparación de bicicletas.

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