El carril bici solar que se inauguró esta semana en la ciudad de Krommenie, al noroeste de Amsterdam es la primera ciclovía solar del mundo. Lo que hace tan especial esta construcción es beneficia a quienes viven en los alrededores e incluso a ciertos sistemas públicos de la ciudad.
En los 70 metros de largo tiene el primer tramo, está construido con paneles de hormigón que almacenan células solares y que están cubiertos con vidrio templado. Cuando estos paneles reciben la luz del sol, comienzan a producir energía.
Si bien esta ciclovía, llamada SolaRoad, fue presentada este miércoles 12 como la primera ciclovía solar del mundo, hay otras iniciativas anteriores que siguen esta idea, pero que se diferencian por los materiales con que se hicieron.
Una de ellas es Starpath y está ubicada en el parque Christ’s Pieces de Cambridge. Esta ciclovía está ubicada en medio de un parque y su mayor atributo se debe a que está hecha con una pintura que captura los rayos UV y los emite durante la noche con diferentes niveles de iluminación. Otra es SolarRoadways, una propuesta pensada en aquellas ciudades donde cae nieve, por lo que los paneles solares podrían derretirla.
A pesar de sus beneficios esta nueva ciclovía holandesa tiene dos inconvenientes. El primero, es su alto precio, ya que cuando en 2016 esté lista con sus 100 metros de largo, habrá requerido de una inversión de US$3,7 millones. El segundo, es que los paneles no se pueden orientar hacia el sol por lo que son menos eficientes que los paneles solares. No obstante, el hecho de que solo la primera etapa de esta ciclovía permita entregarle energía a tres casas de los alrededores y a parte de los sistemas públicos de iluminación, monitoreo de tráfico y a los coches eléctricos.
Fuente: Citylab.