En una prisión de Brasil han decidido rehabilitar a los reclusos a golpe de pedal. En Santa Rita do Sapucaí, en el sureste del país hay unas bicicletas disponibles para cualquier recluso que quiera usarlas; sin embargo, no les servirán para darse un paseo y ni mucho menos para escaparse, porque están firmemente ancladas en el suelo.

Por cada 24 horas que pedalean pasan un día menos en la cárcel
En vez de eso, las ruedas traseras están conectadas a unas baterías que se cargan con su pedaleo y la energía eléctrica generada se usa para encender diez farolas del paseo al lado del río de la ciudad.

Tres reclusos ante la atenta mirada de los guardias
Todo esto forma parte de un plan al que los reclusos se pueden apuntar de manera voluntaria: por cada tres días, turnos de ocho horas cada uno, que pasan en las bicicletas, tienen que servir un día menos de condena en la cárcel de mediana seguridad en la que están. No solo eso, sino que según ellos mismos, su estancia mejora: pasan de ver el sol apenas un par de horas al día, a estar al aire libre constantemente.
Fuente (en inglés): Associated Press.