El pasado fin de semana, la Utah Salt Flats Racing Association organizaba una nueva edición del World of Speed. Un evento, que congrega a amantes de velocidad de todo el mundo. En el que diferentes compañías relacionadas con el mundo de la automoción ponen a prueba sus últimos modelos con el objetivo de establecer nuevos récords de velocidad.
Durante esta edición, que se ha celebrado en salar de Bonneville, un desierto de sal de 260 kilómetros cuadrados situado en Utah (Estados Unidos), hemos sido testigos de un coche a reacción capaz de alcanzar los 777 kilómetros por hora o del sedán más rápido del mundo: el Volkswagen Jetta 2019. Todo gracias a una pista que reunía las condiciones óptimas para garantizar un buen espectáculo.
En busca de una nueva marca mundial
Entre las personas que acudían al salar de Bonneville con el objetivo de superar los límites de la velocidad se encontraba Denise Mueller-Korenek. Una ciclista, de origen estadounidense, que aspiraba a superar el récord de velocidad sobre una bicicleta. Lo estableció el holandés Fred Rompelberg en 1995. A pesar de que había firmado el récord de velocidad femenino en 2016 después de alcanzar los 236 kilómetros por hora, Mueller-Korenek quería superar los 268 kilómetros por hora de Rompelberg.
El objetivo de la ciclista estadounidense era alcanzar los 281 kilómetros por hora. No obstante, tras terminar la prueba, la ciclista descubrió que no solo había alcanzado dicha velocidad, sino que había pulverizado la marca de Rompelberg. Gracias a las condiciones de la pista, la ciclista alcanzaba los 296 kilómetros por hora sobre el salar de Bonneville.
La ciclista más rápida del mundo. Ha batido el récord de velocidad
Tras descubrir su gesta, la ciclista reconoció que no esperaba alcanzar dicha velocidad, tal y como recoge BBC News: «Fue un viaje salvaje, loco, a 296 km/h, pero valió la pena el sacrificio y los años de entrenamiento para convertirme en la persona más rápida sobre una bicicleta en el mundo. No obstante, no se suponía que debíamos ir a más de 281 km/h».
Para poder lograr esta proeza, la ciclista utilizó una bicicleta personalizada que destacaba por:
- Unas llantas de motocicleta de 17 pulgadas
- Unas ruedas de alta velocidad para ayudar a tener un centro de gravedad más bajo.
- Un cuadro alargado para mejorar la estabilidad
- Amortiguadores de corto recorrido
- Un estabilizador de dirección, para minimizar los posibles giros.
A continuación, la ciclista fue remolcada durante un kilómetro por de un coche de carreras especialmente equipado para eliminar cualquier resistencia al viento durante los primeros metros. Cuando alcanzó los 160 km/h, la ciclista se separó del vehículo y comenzó a pedalear hasta alcanzar los 296 km/h. Gracias a ello, la estadounidense se ha convertido en la ciclista más rápida del mundo.
Aquí está el vídeo con el momento
Fuente: Cadena SER