En la actualidad, el sector ciclista emplea a 655.000 trabajadores y trabajadoras en la UE-27, es decir, a más personas que la industria minera y casi dos veces más que la industria del acero. El recuento de estos empleos abarca desde la fabricación y venta de bicicletas hasta la creación de infraestructuras relacionadas con el ciclismo, pasando por el amplio y diverso mundo del cicloturismo. El sector de la bicicleta ofrece mayor potencial de creación de empleo, en parte, debido a la diversidad de sectores que puede abarcar. Además del ciclismo deportivo, que sin duda es uno de los actuales motores del sector, van creciendo múltiples opciones en el cicloturismo urbano y de montaña (guías, rutas, alojamientos, publicaciones), la bicimensajería, las acrobáticas BMX, el diseño de complementos, la fabricación artesana o la customización entre otros.
La investigación, que ha sido elaborada por la consultora Transport & Mobility Leuven, es una de las primeras en cuantificar este factor laboral y corrobora otros trabajos encargados por la Federación Europea de Ciclismo (ECF) sobre la dimensión económica de la bicicleta en Europa. Por ejemplo, esta organización estima que los beneficios económicos de la bici supondrían unos 400 euros de media por ciudadano de la UE-27. Aunque es cierto que en estos cálculos han incluido todo tipo de factores, como los costes sanitarios atribuíbles a la contaminación o la reducción de emisiones de CO2, es un primer paso para entender la relevancia económica de la bicicleta.

A pesar de la crisis o justamente por ella, la bicicleta está pasando por uno de sus mejores momentos, incluso en España, muy lejos de las políticas de transporte sostenible de otros vecinos europeos. En 2013 se vendieron en España más de un millón de bicicletas, superando ampliamente los 722.700 automóviles matriculados ese mismo año. Es cierto que en 2014 las ventas de automóviles se han multiplicado de nuevo, pero tras una nueva inyección de cientos de millones de euros públicos a través del Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE).
Según la Asociación de Marcas de Bicicletas de España (AMBE), tan solo la producción y venta de bicicletas dan trabajo directamente a unas 14.000 personas, distribuidas en más de 3.250 empresas. Si a estos ingresos del sector les sumáramos los ingresos por servicios turísticos relacionados, explica la Mesa Nacional de la Bicicleta, las cifras de la bicicleta en España podrían estimarse en más de 2.000 millones de euros y unos 30.000 empleos.

De momento no es equiparable a la Industria del automóvil, pero hablamos de una economía de la mediana y pequeña empresa (PYMES), con un mayor reparto de la riqueza que en el modelo caracterizado por la gran escala y las deslocalizaciones en el que se basa la producción del automóvil.
Lo que ahora hace falta, piensan las empresas del sector, es que se empiece a creer de verdad en el potencial económico de la bicicleta. La propia ECF calcula que, duplicando los trayectos en bici (que ahora suponen el 3% de los desplazamientos en Europa), se podrían alcanzar otros 400.000 empleos y llegar al millón de puestos de trabajo para 2020. ECF y otras organizaciones europeas lamentan que ayudas públicas como el Plan PIVE se vendan como ayudas “a la eficiencia energética”, cuando la verdadera eficiencia sería estimular el uso del medio de transporte más eficiente: “Para desplazarnos en bicicleta consumimos 50 veces menos energía que para hacerlo en coche. No es lógico que para moverse una persona de 80 kilos por ciudad utilice un vehículo a motor de más de una tonelada de peso”, explica la Mesa Nacional de la Bicicleta.
Fuente: Isidro Jiménez Gómez.