La idea de «vía ciclista», donde los ciclistas comparten la carretera con los coches y tienen que circular como ellos, es una mala idea según un estudio publicado por la Universidad de Portland en el NITC (Nacional Institute of Transportation and Communities). El estudio recoge datos como que el 40% de las muertes de ciclistas ocurrían en accidentes en los que estos eran alcanzados por detrás por algún vehículo, en general en vías interurbanas. Existe una clara evidencia de que los carriles para bicicletas segregados del tráfico motorizado funcionan muy bien, no sólo para salvar vidas, sino para atraer a más ciclistas, por lo que los ciclistas se sienten más seguros y con ello aumenta el flujo de personas que pasan a transportarse en bici, llegando a aumentar hasta un 171%.

Carril bici en Chicago
El estudio analizó cinco ciudades con importantes redes de carriles para bicicletas construidos recientemente que combinan carril bici y vía ciclista por la que también circula tráfico motorizado, como el caso de Madrid: Portland, San Francisco, Austin, Chicago y Washington. Se encontró que en un año, el número de usuarios se incrementó entre 21% a 171 %.
El estudio también aborda la obediencia de los ciclistas a las señales de tráfico y la investigación demostró que en tres vías diferentes con señales restrictivas de tráfico (semáforos, cedas, etc), el 77-93% de los ciclistas las obedeció y se detuvo cuando tuvo que hacerlo. En las mismas intersecciones, el 84% a 92% de los conductores cumplían con las normas y atravesaban los carriles bici. Ambos porcentajes muy similares.

Carril bici en Portland
Una separación real es mejor que la pintura. No hay sorpresas aquí: los carriles segregado del tráfico motorizado tienen niveles de confort más altos que aquellos pintados en el suelo. No solo para ciclistas, sino que los conductores se sienten más seguros cuando hay carriles bici también. Otro punto a favor de la construcción de carriles bici es la revitalización de los barrios por los que pasa. La confirmación más importante del estudio es la de que los carriles para bicicletas atraen nuevos ciclistas. Casi 2 de cada 3 residentes afirmaban que sería más probable que se animasen a coger la bici a diario si contasen con carriles bici segregados del tráfico motorizado en sus rutas diarias.

Muchas vías ciclistas en Madrid están integradas en el tráfico motorizado
El debate sigue abierto y aunque es difícil llegar a una conclusión distinta de que los carriles bici funcionan bien, sigue siendo difícil sacar a la gente de los coches y tener a ciclistas y conductores contentos.
Puedes consultar el estudio aquí (en inglés).