Los carriles bici comienzan a dibujar el paisaje urbano de muchas ciudades en el mundo, y mientras la circulación en dos ruedas alivia en alguna medida los problemas de tráfico en las principales arterias, parece que adoptar este medio de transporte no contaminante podría ayudar también a los negocios.
Según recientes estudios llevados a cabo en Portland, EE.UU., los ciclistas tienden a gastar más que aquellas personas que se mueven a motor en bares, restaurantes y tiendas en general. Un estudio llevado a cabo en Toronto apoya esta teoría, afirmando que los consumidores que llegan a pie o en bicileta a las tiendas tienden a gastar más dinero.
Esto tiene sentido si consideramos todos los gastos que se ahorran al dejar de tener auto: además de la gasolina está la cuota de estacionamiento, el mantenimiento mismo del coche y las indeseables multas.
Los carriles bici parecen ser clave en este fenómeno estadounidense extrapolable a otros países. Así lo afirma el departamento de tránsito de Nueva York, quienes aseguran que las ventas en la Novena Avenida se han incrementado 49% con la inclusión del carril bici. Es un dato a tener en cuenta para el desarrollo urbano en países en desarrollo: las bicicletas no sólo ayudan al medio ambiente, sino que también promueven el comercio y la salud de los negocios.
Fuente en inglés treehugger.