Los hechos ocurrieron hace seis años, cuando el niño iba caminando sobre su bicicleta subiendo la cuesta hacia la Colegiata de Villafranca y chocó con una mujer que venía en sentido contrario, haciéndola caer. La mujer fue trasladada en ambulancia a un centro médico. Lo que los padres del menor aportaron en la apelación es que las lesiones que después declaró la mujer no se relacionaron con esos hechos, rompiendo el nexo causal. A raíz de la caída, la víctima fue atendida en el Servicio de Urgencias del Hospital del Bierzo, donde se le diagnosticó «contusión frontal y luxación bilateral de los hombros». Tres meses más tarde se le realiza una ecografía que declara rotura en ambos hombros y un mes más tarde, una resonancia descubre otras lesiones por las que fue intervenida en marzo de 2012 ( seis meses después del choque con el menor). Sí reconoce la sentencia que en Urgencias del centro berciano se le solicitó a la mujer que fuera a revisión de traumatología a las tres semanas, algo que obvió y continuó su tratamiento en Madrid.
Según la familia demandada, Rodríguez González, el accidente no se puede denominar choque o atropello ya que el pequeño, tal y como se demostró en el juicio, iba de pie, sujetando la bici entre las piernas cuando tocó con ella a la mujer de 60 años. Sin embargo, tanto el Juzgado de Primera Instancia Número 8 de Ponferrada como la Audiencia ratificaron la condena a la familia del joven Arturo Rodríguez a abonar a la demandante, que reside en Madrid, la cantidad de 34.876,52 euros más las costas del juicio, lo que supone una indemnización total de 40.000 euros.
La madre del pequeño, que ahora cumple 16 años, Eva Fernández, considera una cantidad «bárbara» a la que se le condena y alega: «no tenemos ese dinero para pagarle ni propiedades por ese importe». Por eso decidió pedir el amparo del Defensor del Pueblo e incluso del Defensor del Menor, aunque ambas instituciones le comunicaron que no podían entrometerse en temas judiciales. Pese a que Fernández reconoce que la sentencia es firme y que «nos han dicho que no tenemos nada que hacer», la madre de Arturo no se resigna a «hipotecar nuestro futuro». Su marido ha tenido que salir a trabajar al extranjero y viven de alquiler, sin propiedades, por lo que «no podemos hacer frente a ese importe y necesitamos ayuda», dice.
Fuente: La Nueva Crónica