No todo el mundo sabe que Freddie Mercury compuso su famosa canción Bicycle Race viendo una etapa del Tour de 1978.
Lo cierto es que en el verano del 78, los Queen estaban grabando su séptimo disco en los Mountain Studios de Montreux (Suiza), a sólo 25 kilómetros de Lausanne. Los Mountain Studios son algo así como el Abbey Road de los Beatles para la banda de Freddy Mercury. Allí grabaron 7 de sus discos y allí dejó el cantante sudafricano grabados los últimos acordes de lo que fue su legado musical, el celebérrimo, mítico y acertadísimo grito de despedida que tuvo a bien titular The Show Must Go On.
En estos idílicos estudios, reconvertidos hoy en una exposición permanente dedicada al grupo británico, se hallaban Mercury y los suyos hace unos cuantos veranos cuando tuvieron noticia de que la carrera ciclista más célebre del mundo, el Tour de Francia, pasaba cerca de su estudio para terminar justamente en Lausana, desde donde volvía a partir al día siguiente.
Y aunque los ingleses, al menos hasta los años 10, nunca han sido lo que se dice el pueblo más aficionado al ciclismo, no dejaron pasar la oportunidad de observar de cerca ese espectáculo que tanto conmovía a la gente del otro lado del Canal, tan distinto del cricket, pero no exento de belleza. A tenor de todos los indicios, algo debió conmover a Freddy Mercury ya que al regresar al hotel se puso a componer una de las mejores canciones que se hayan dedicado jamás a la bicicleta.
En la letra no hay referencias directas al Tour de Francia, aunque si se habla de una carrera de bicicletas y de muchos iconos de finales de los 70: Star Wars, Peter Pan, Frankestein, Superman, Vietnam, Watergate y el mismísimo John Wayne.
Ni una letra para el ganador del Tour, aunque lo cierto es que encarnaba un poco de todos esos personajes. Porque el año que Freddy Mercury compuso su hit se producía un histórico cambio de ciclo (nunca mejor dicho) en el ciclismo mundial. Si el de 1977 fue el último que corrió Eddy Merckx, el de 1978 fue el primero que ganó Bernard Hinault. Con dos equipos españoles, el Kas-Campagnolo y el Teka, como testigos, y un ciclista portugués, Joaquim Agostinho, cerrando el podio junto a Hinault y Zoetemelk.
Mucho más conocida, sin embargo, es la polémica que acompañó al video de la canción. Mercury decidió cerrar un estadio y llenarlo de tías en pelotas montando en bicicleta, hasta un total de 65. El Wimbledon Greyhound de Londres acogió encantado el espectáculo, que sin embargo no fue tan bien recibido por los sectores más conservadores de la sociedad inglesa y norteamericana, que acabaron logrando que se censurasen partes del video. Entre las reacciones más llamativas estuvo la de la casa que había alquilado las bicicletas, que se negó a recibirlas de nuevo, alegando que su uso había sido poco higiénico.
Pero los Queen a lo suyo. El single fue todo un pelotazo que llegó a alcanzar el puesto 11 en las listas de UK y la 24 en las de USA, todo un logro para la banda por entonces. Precisamente en Francia y Holanda, países ciclistas por excelencia, fue donde mejor acogida tuvo, llegando a ocupar el número 7 en las listas de los más vendidos.
Fuente: Techo Díaz desde El Tío del Mazo.