Además de los atropellos que están ocurriendo en los últimos meses, hay que sumarle las «trampas» que algunos les tienden a los ciclistas. La última ha sido arrojar unas 5000 chinchetas en la N-634 a la altura de Meres (Asturias).
El 2 de julio, los ciclistas asturianos que rodaban por esta carretera nacional, se encontraron con una sorpresa: alguien había esparcido unas 5000 chinchetas en el asfalto. Según uno de los cien deportistas que se encontraron con esta trampa y cuyas ruedas quedaron pinchadas: «los ciclistas tenemos que ser noticia todos los fines de semana, parece que se están vengando de nosotros, o nos atropellan o nos ponen trampas».
Fueron los encargados de Conservación de Carreteras quienes retiraron del arcén las chinchas y las contaron. La alarma saltó a primera hora de la mañana, cuando decenas de ciclistas que circulaban entre Pola de Siero y Colloto por la carretera nacional vieron interrumpida su marcha por los pinchazos. «Los domingos suelo salir temprano a andar en bici para poder aprovechar el día y de la que iba hacia Nava vi a gente en el arcén, yo noté el pinchazo a la vuelta, en la rotonda de Argüelles», relató Sergio Suárez, de La Fresneda, quien añadió que el año pasado vivió un episodio similar en el mismo punto. «Yo aquel día libré, pero los dos que venían conmigo tenían chinchetas en las ruedas», explicó.

En la imagen se pueden observar algunas chinchetas restantes en la N-634
Aunque fueron muchos los afectados, no hubo que lamentar daños físicos. Sin embargo, como señaló Suárez, esta trampa le pudo costar la vida a alguno de los ciclistas ya que un pinchazo en un mal momento descontrola la bici y puede provocar que el ciclista quede en mitad de la calzada pudiendo ser arrollado.
La zona donde se tendió esta trampa corresponde con una zona donde se demandan mejoras estructurales, reivindicaciones que parecen que han molestado a alguien.
Tras conocer lo sucedido, tanto el personal del servicio de Conservación de Carreteras como la Guardia Civil aconsejaron a los ciclistas cambiar la ruta mientras se limpiaba la vía. Algunos se acercaron hasta el cuartel de Noreña para informar a los agentes de la presencia de chinchetas y otros alertaron a través de las redes sociales, aunque no evitó que se registraran más de un centenar de pinchazos entre deportistas de diversos puntos de la región.
Por su parte, los hay que ayer tuvieron más suerte, pero que muestran su preocupación por sucesos como este. Es el caso de Francisco Fuentes, responsable de la Escuela de Ciclismo de Viella. «Iba a salir a entrenar con los críos por esa zona, pero me avisaron y cambié la ruta, libramos por los pelos», señaló. Y añadió que «es una zona de paso continuo de ciclistas en la que reivindicamos mejoras porque tiene muy buenas condiciones para andar en bici, pero parece que a alguien le molesta», lamentó.
Fuente: El Comercio