Estos días, el municipio mexicano de Zacapu ha sido noticia por inaugurar el monumento a la bicicleta más grande del mundo, con 12 metros de largo, 7.5 metros de alto y un peso de 7 toneladas.
Es obra del escultor Antonio Pérez Mosqueda que cuenta que “fue iniciativa ciudadana, desde hace ya casi 4 años y en esta obra han existido aportaciones ciudadanas, municipales, estatales y federales. Se hizo con la idea de tener un monumento símbolo y ha costado mucho esfuerzo a los que nos emociona hacer algo por nuestra tierra”.
El artista aclara que “todas las aportaciones han sido sometidas al escrutinio público”. Para financiar el proyecto se generaron varias estrategias para recaudar fondos, entre ellas la cooperación por parte de los propios vecinos mediante billetes conmemorativos, así como de los organismos municipales.
El objetivo de esta iniciativa es “atraer un poco de turismo y generar empleo e ingreso indirecto a nuestro municipio, está bien pavimentar calles, pero también es necesario embellecer la ciudad. La bicicleta, es una escultura, es por eso que no es recta ni redonda, tiene movimiento, su sillín es una golondrina y el manubrio es un Cuervo iniciando el vuelo, la estrella grande es un sol y la chica es una luna, la cadena va hacer un eclipse, es una obra de arte”.
Este monumento a la bicicleta forma parte de un proyecto más ambicioso, es sólo la primera etapa de algo mucho más grande: un museo, y se quiere completar la bicicleta con “un espectáculo de luz que simule estar rodando”.
Desde Zacapu se va a solicitar su inscripción en el Libro Guinness de los Records, ya que con esas medidas supera a la anterior bicicleta más grande del mundo, de 9×4,5 metros de Venado tuerto (santa Fe, Argentina).