En Boston han lanzado un programa llamado Prescribe-a-Bike, que permite a los doctores del Centro Médico de Boston hacer recetas a pacientes de bajos recursos para poder usar por sólo 5 dólares anuales en el sistema de bicicletas públicas de la ciudad (que cuesta habitualmente 80 dólares anuales).

Los requisitos son ser residente, tener más de 16 años de edad y recibir algún tipo de asistencia pública o tener un ingreso familiar que no supere en 4 veces la línea de pobreza de Boston.
Un 25% de la población sufre sobrepeso, por lo que las autoridades han visto en este programa una oportunidad para ayudar directamente a incentivar que los pacientes hagan el ejercicio que necesitan para mejorar su salud.
“La obesidad es un problema de salud importante y creciente en nuestra ciudad, sobre todo entre los residentes de bajos ingresos”, en palabras de Walsh el director del Centro Médico de Boston. El programa tiene como objetivo inscribir a 1.000 personas.
A través de los años, muchos investigadores han observado los efectos positivos de andar en bicicleta para la salud, llegando a la conclusión de que los beneficios son mayores que los riesgos de lesiones en accidentes.
Un Estudio publicado en el British Columbia Medical Journal (enlace en inglés) en 2012, sugiere al ciclismo como una actividad que vale la pena promover por varios motivos:
Según este estudio los hombres que completaron un recorrido de al menos 25 kilómetros semanales tienen menos de la mitad del riesgo de tener una enfermedad coronaria no fatal y fatal en comparación a los que no son físicamente activos. La actividad física sobre la diabetes tipo 2 mostró una reducción del 35% en el riesgo de sufrir esta enfermedad al moverse al menos 30 minutos al día en bici. Un análisis reciente concluyó que ir en bicicleta o caminar al trabajo está asociado con una reducción del 11% en el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Los mismos investigadores dicen, sin embargo, que en Estados Unidos y Canadá, los ciclistas tienen un riesgo todavía muy grande de mortalidad por kilómetro recorrido comparado con las personas que lo hacen automóvil. La solución a ese problema, sugieren, es la construcción de mejor infraestructuras para ciclistas. La presencia de más ciclistas en la carretera también produce más seguridad, lo que es medible en números. En los Países Bajos, donde el 30% de los viajes se hacen en bicicleta, hay un riesgo de mortalidad del 1,1 por 100 millones de km recorridos en bicicleta; en EE.UU., con un 1 por ciento de los viajes en bicicleta, esa cifra es de 5,8 por 100 millones de kilómetros. Es decir de estos últimos números se puede concluir que no sólo quienes puedan optar al programa del Centro Médico de Boston se verán beneficiados, ya que con más personas andando en bicicleta en las calles la seguridad aumenta para los otros ciclistas.