A lo largo de la historia moderna los ejércitos han utilizado las tecnologías más avanzadas del momento. En ocasiones son precisamente las guerras las que provocan su desarrollo, y otras veces se han adaptado herramientas ya existentes a los nuevos usos militares. Las bicicletas son un buen ejemplo, empleadas ya por el 25 Cuerpo de Infanteria Ciclista norteamericano en 1890, y más recientemente por el el Regimiento Ciclista Suizo, que lo hizo por lo menos hasta 2001.
Uno de los usos más curiosos de las bicicletas en la guerra se produjo durante la Segunda Guerra Mundial. El día D durante la operación Overlord paracaidistas británicos fueron lanzados tras las líneas alemanas llevando consigo bicicletas plegables. Y no eran precisamente ligeras, ya que sumadas a su equipo militar superaban los 25 kilos.
De aquel modelo, llamado Airborne Folding Paratrooper Bicycle, se fabricaron unas 60 mil unidades entre 1942 y 1945 que fueron utilizadas por británicos y canadienses durante todo el conflicto, incluyendo el mencionado día D y también la batalla de Arnhem.
El motivo de dotar a los paracaidistas con bicicletas se debía a que de ese modo podían cubrir largas distancias tras tocar tierra, al mismo tiempo que les permitía permanecer indetectados y desplazarse silenciosamente. En ocasiones las bicicletas eran abandonadas cuando resultaban más una molestia que una utilidad, pero existen fotos que muestran algunas de estas bicicletas cargadas en tanques y jeeps, por si se daba el caso de tener que usarlas de nuevo.
Una vez en tierra los paracaidistas tenían que desplegar la bicicleta y podían sujetar sus armas a los soportes unidos a la estructura para tal fin, e incluso disparar sin desamarrarlas.
Pero no solo los paracaidistas portaban bicicletas el día D. Algunos soldados, como la 9ª Brigada de Infanteria Canadiense desembarcaron directamente montados en ellas. Ya lo habían hecho anteriormente en la invasión de Sicilia en 1943.
En 1942 las tropas japonesas conseguían avanzar grandes distancias en Malasia transportando además pesadas cargas, gracias a las bicicletas. Y ya los alemanes las habían utilizado en la conquista de Polonia en 1939. Eso sí, muchos soldados alemanes ataban sus bicicletas con cuerdas a vehículos de motor, para que les remolcasen sin esfuerzo.
Muchas de estas bicicletas, que fueron abandonadas en los campos de batalla de Francia y Noruega, donde se usaron principalmente, están ahora en museos o en colecciones privadas.
Fuente: Guillermo Carvajal.