El dispositivo se llama SkunkLock y está relleno de un componente químico repugnante presurizado que sale cuando se intenta cortar el antirrobo de forma que el ladrón es incapaz de terminar el trabajo.
Basándose en la poca fiabilidad que ofrecen algunos candados para bicicleta a grandes herramientas como radiales, gatos hidráulicos o palancas, un inventor de San Francisco (EE.UU.) ha creado este candado que incapacita al ladrón mientras lo manipula para robar la bicicleta.
Basa su productor en tres pilares: la seguridad en que el gas no puede salir si no se corta el candado, la fortaleza del propio candado, elaborado con aceros templados de muy alta calidad y la legalidad (que sepamos sólo en EE.UU) de que no se incumple ninguna ley por llevarlo ni frustrar un robo de la manera en que lo hace.
De momento está buscando crowdfunding y ha superado con creces la meta inicial de 20.000 dolares para salir a la venta. Si quieres más info puedes pinchar aquí.