5 consejos para montar en bici cuando nieva

ncluso para los ciclistas más apasionados, ir todos los días al trabajo en la mitad del invierno puede ser demasiado esfuerzo. Y, para quienes abordamos cualquier actividad física con sentimientos encontrados, ver nieve en la calle es la excusa perfecta para buscar otra forma de desplazarse. Sin embargo, en ciudades en donde el ciclismo es común, las ciclovías se mantienen bastante ocupadas, incluso cuando la nieve se esté amontonando.

Por ejemplo, mira esta imagen de trabajadores pedaleando al cruzar un puente en Copenhague:

Esto no es sólo una excentricidad de la gente de Copenhague. Aunque los inviernos relativamente moderados de los Países Bajos a menudo tienen estallidos breves de nieve y hielo, montar bicicleta bajo temperaturas heladas es común a lo largo de Escandinavia, incluso en ciudades cerca del Círculo Ártico. Si ellos lo pueden hacer, entonces seguramente hay maneras en que te puedas preparar para montar bicicleta durante el próximo estallido de frío, ¿no? Para encontrar algunos consejos prácticos para practicar el ciclismo seguro durante el invierno, CityLab acudió a Anna Luten, la directora global de desarrollo para el Bicycle Mayor Program (Programa de Alcaldes del Ciclismo). He aquí lo que ella recomienda:
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Baja tu silla

Simplemente bajar tu centro de gravedad probablemente hará que tu bicicleta tambalee mucho menos, lo cual es un cambio pequeño que podría hacer más fácil navegar tramos cubiertos de hielo. Según explica Luten, una silla más baja también hace que sea más fácil evitar el riesgo de patinar, ya que puedes usar tus pies para mantener equilibrada a tu bicicleta. “Si las plantas de tus pies pueden apoyarse en la tierra, estarás mucho más estable y con menos probabilidad de resbalar”.

Desinfla tus llantas

Una llanta un poquito más flácida te dará más agarre en una superficie resbalosa en una vía, dice Luten. Algunos escandinavos optan por llantas especiales para el invierno, con algunos ciclistas acérrimos usando versiones con púas que a primera vista recuerdan la película Ben Hur. En un principio esto quizás sea un paso demasiado lejos para muchos, quienes probablemente estén conformes con una llanta gruesa normal. Sin embargo, el tiempo glacial tal vez sea una señal de que debes dejar a tu llanta fina de carrera en casa.

Cuidado con la nieve

Un espolvoreado de nieve fresca puede tapar el mugriento encintado invernal, y eso realmente puede ser un problema para un ciclista. Sencillamente, no se sabe lo que hay debajo de la nieve, ya sea escombros, rejillas de alcantarillado o basura. Por consiguiente, es mejor montar a un poco más de distancia del encintado y evitar cualquier banco de nieve. Toma en cuenta que cualquier superficie de vía que brilla probablemente será resbalosa incluso si parece estar seca.

Una vez que pasa la tormenta hay que tener cuidado con el pavimento resbaladizo.

Ponte guantes de esquiar

Si bien todos se abrigan cuando bajan las temperaturas, la combinación de calidez y flexibilidad de unos buenos guantes para esquiar marcan una diferencia particularmente grande al montar una bicicleta, dado que un viento frío rápidamente puede dejarte los nudillos en carne viva. En efecto existe un vestuario completo de invierno que ha sido diseñado específicamente para los ciclistas, pero las personas que no quieren cambiar de ropa cuando lleguen a sus destinos quizás puedan considerar aumentar su resistencia al frío al ponerse una máscara que les cubra la cabeza y la boca, o quizás una bufanda puesta al estilo ninja sobre la cara. Por cierto, ponte una capa térmica. No te arrepentirás de haberlo hecho.

Mantén tu bicicleta limpia

Cuando te encuentres pedaleando por aguanieve llena de gravilla —la cual puede fácilmente rociar el trasero de tus pantalones— es cuando te das cuenta de lo valioso que es una bicicleta con los guardabarros adecuados en sus ruedas. Pero bien la gravilla en las vías es excelente para ayudar a las llantas agarrarse, puede ser corrosiva. Después de andar en vías nevadas, no es mala idea limpiar a tu bicicleta con agua tibia al final del día, sólo para asegurar que toda esa sal no termine oxidando a tu bicicleta.

“Los días del invierno pueden ser bellos para montar bicicleta”, dice Luten. “Cuando estás en la calle, con frecuencia eres la única persona allí. [El ciclismo] también es sorprendentemente fiable. Con el tiempo frío a menudo hay retrasos con el transporte público. En una bicicleta quizás andes un poco más lento de lo normal, pero al menos tienes una idea más clara de cuánto tiempo te tomará ir entre punto A y punto B”.

 

Fuente: Univisión

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