Mario del Val es un madrileño de 14 años que sólo sólo lleva tres haciendo cabriolas con una BMX, pero ya ha logrado ser el mejor del festival ‘O Marisquiño’ de Vigo, uno de los eventos más importantes de España especializados en deportes urbanos.
Lo suyo tiene mucho mérito. No sólo por la dificultad de la acrobacia, sino por hacerla en Madrid, donde te pueden multar hasta con 100 euros por intentar la pirueta.
Los aficionados a la BMX que practican la modalidad ‘free style’ como el joven Mario del Val sólo disponen de un recinto acondicionado en la capital, el ‘skatepark’ de Madrid Río. Allí, entre rampas, barandillas y dunas conviven skaters, rollers y bikers desde su inauguración. Pero hace unas semanas la Junta Municipal del distrito de Arganzuela, presidida por la concejala Carmen Rodríguez Flores (PP), decidió prohibir el acceso con BMX a la instalación deportiva, con riesgo de recibir una sanción económica.
«En octubre empezaron a venir policías a diario, y ya han puesto decenas de multas», denuncia Roberto del Val, el padre del joven malabarista de la bicicleta.

De momento, su hijo sortea las multas, pero algunos de sus amigos ya han sido cazados por los agentes. Uno de ellos, menor de edad, tendrá que pagar 100 euros tras cometer una «infracción grave» del Reglamento de Utilización de las Instalaciones y Servicios Deportivos al «usar una bicicleta en instalaciones exclusivas de patines», según expone la Dirección General de Deportes del Ayuntamiento en la notificación de la sanción.
«Pero el reglamento del Ayuntamiento no dice nada sobre el uso de BMX en cualquier instalación municipal. Sin embargo, hay normativa europea que indica que las pistas de ‘skatepark’ deben estar adecuadas para practicar cualquier tipo de deporte urbano sobre ruedas», argumenta Roberto, usuario que ha pedido explicaciones en la Junta de Arganzuela sin recibir respuesta.
En el ‘skatepark’ de Madrid Río, próximo a las instalaciones de Matadero, aciertan con sus conjeturas. «En octubre un ‘biker’ chocó con un ‘skater’, se rompió la pierna y lo denunció», explica Moisés, de 23 años, desafiando las multas con su BMX en el recinto vetado. Lo corrobora el Ayuntamiento, que atribuye a una decisión de la Junta de Arganzuela el cambio de la normativa del ‘skatepark’ tras las «quejas de los ‘skaters’» y los «problemas de seguridad».
Desde entonces, los agentes son implacables: un chaval recibió seis multas de una tacada. Según los boletines, cometió varias infracciones por circular con una BMX en el parque sin llevar casco, alumbrado ni reflectantes. También le sancionaron por llevar auriculares y «carecer de timbre». «¿Sabes lo irónico del asunto?», apunta Moisés. «A veces, los policías que nos ponen las multas entran al ‘skatepark’ en bicicleta».
Fuente: EL MUNDO.