En 2012, Carmelo López, madrileño de 45 años, ciclista viajero y cinéfilo, se planteó cómo llevar un cine ambulante a sitios recónditos de forma sostenible con energía limpia. Y más limpia que la fuerza nacida de dos piernas, imposible. “Quería arrancar entonces, pero en aquel momento se necesitaban tres personas para mover sendas dinamos que producían…
Dos españoles se lanzan a proyectar películas en Afríca desde su bici
