Hoy arranca la 68ª edición de la Vuelta Ciclista a España, una de las tres competiciones ciclistas más importantes del mundo junto al Tour de Francia y al Giro de Italia. Desde su primera edición en 1935 ha pasado por momentos mejores o peores, pero todos sus ganadores han hecho historia a lomos de sus bicicletas.
1935-1950
Un inicio marcado por las guerras
El lunes 29 de abril de 1935 echó a andar la primera edición de la Vuelta a España. Con 50 héroes que recorrieron 3.425 kilómetros en catorce etapas, diez de las cuales superaban los 250 kilómetros. Entonces se corría con pesadas bicicletas de hierro y los ciclistas tenían que soportar continuos pinchazos que debían reparar ellos mismos. El primer vencedor de la ronda española fue el belga Gustav Deloor, quien aventajó en doce minutos al segundo, el español Mariano Cañardo. Deloor repitió victoria al año siguiente y además ayudó a que su hermano Alfons acabara segundo. Cañardo no pudo volver a hacer el buen papel de la primera edición debido a una caída provocada por un perro que se le cruzó en el camino.
La Guerra Civil y después la mundial retrasaron a 1941 la tercera edición de la Vuelta, de aplastante dominio nacional debido a que el conflicto bélico que asolaba Europa hizo que sólo cuatro extranjeros -todos suizos- vinieran a España. Julián Berrendero fue el primer español que ganó la Vuelta y Delio Rodríguez venció en 12 etapas ese año. Berrendero repitió triunfo en 1942 y se convirtió en el primer ídolo español de la ronda. Además, tuvo la suerte ese año de que uno de sus principales rivales, Antonio Escuriet, abandonase la carrera para reunirse con su mujer, que acababa de dar a luz.
La mala situación económica del país obligó a la Vuelta a dos años de ausencia. En 1945, el velocista Delio Rodríguez pon fin se anotó la victoria y sacó media hora al segundo gracias a una escapada en la segunda etapa, en la que llegó en solitario. El gran Dalmacio Langarica ganó en 1946 mientras Rodríguez seguía coleccionando etapas hasta sumar 38 al final de su carrera. Tras los triunfos de Deloor en las dos primeras ediciones, otro belga, Edouard van Dyck, se impuso en 1947. Le sucedió Bernardo Ruiz, dominador de una edición en la que también ganó la clasificación de la montaña.
Tras un nuevo año de descanso, la Vuelta volvió en 1950 con dos hermanos como protagonistas, Emilio y Manuel Rodríguez, primero y segundo en el podio. Fue una edición pobre, con sólo 42 corredores -34 españoles-, poca emoción y escaso seguimiento entre los aficionados.
1955-65
Loroño contra Bahamontes
La Vuelta echó el cierre hasta 1955, cuando resurgió con 106 ciclistas repartidos en 18 equipos nacionales. La participación española fue de lujo: Federico Martín Bahamontes, Jesús Loroño y Miguel Poblet. Sin embargo, el desconocido francés Jean Dotto fue el inesperado vencedor gracias a que se metió en la escapada buena y supo resistir los ataques de unos y otros. En 1956 llegó el primer italiano ganador de la Vuelta: Angelo Conterno. Un año después el que triunfó por fin fue Loroño, protagonista de una cabalgada en la que sacó 21 minutos a Bahamontes.
La relación de Bahamontes con la Vuelta es de amor y odio. El primer español ganador del Tour quedó dos veces segundo en la ronda española. En el año 1958 se preveía el gran duelo: El Águila de Toledo contra Loroño. Sin embargo, las rencillas y vigilancia entre ambos fue aprovechada por el francés Stablinski. Al final los dos favoritos se quedaron incluso sin podio. La edición de 1959 tuvo el aliciente de ver a la figura de Fausto Coppi, quien venía con el siguiente palmarés: cinco Giros, dos Tour, un mundial y el récord de la hora. La organización le pagó 11.000 pesetas diarias para que corriera en España, pero un Coppi en declive apenas se dejó ver. Bahamontes -ganador ese año del Tour- y Loroño volvieron a defraudar y al final se llevó la victoria el también español José Suárez gracias a la gran contrarreloj que hizo entre Eibar y Vitoria. La Vuelta de 1960 se caracterizó por un gran número de bajas durante el recorrido y las disputas que tuvo con la organización Bahamontes, quien quedó excluido de la carrera tras llegar fuera de control porque se había peleado con un aficionado que le estaba insultando. Al final, el belga Franz de Mulder se hizo con la victoria.
Un debutante de sólo 21 años ganó la Vuelta de 1961, que acabó en Bilbao el 16 de mayo. El valenciano Angelino Soler subió a lo más alto del podio en una edición muy disputada. Como había pasado con Coppi, otra gran figura, Jacques Anquetil, fue primero favorito y después decepción en la edición de 1962. La culpa la tuvo una gastritis, que impidió al francés cumplir con el pronóstico y le obligó a retirarse en la última etapa. El alemán Rudi Altig se llevó el gato al agua. Sin embargo, el gran campeón normando, primer ganador de cinco Tours, Anquetil, volvió al año siguiente y dominó la carrera desde la primera etapa, favorecido además por un trazado llano. Otro francés, Raymond Poulidor se adjudicó la edición de 1964, gracias, una vez más, a las disputas entre españoles y a su victoria en la contrarreloj entre León y Valladolid. En 1965 parecía que Poulidor repetiría victoria pero uno de sus gregarios, el joven alemán Wolfshohl, le arrebató el triunfo. Líder después de una escapada, aseguró que no iba a desbancar a su jefe de filas. Sin embargo, dos días después le traicionó con una nueva huida que le otorgó la ventaja suficiente para la victoria.
1966-76
Problemas económicos y políticos
Los problemas económicos del organizador de la Vuelta, el diario El Correo Español-El Pueblo Vasco, estuvieron a punto de dejar al año 1966 sin ronda española. La incertidumbre vació de figuras internacionales esta edición, que ganó Francisco Gabica tras cuatro años de victorias extranjeras. Además, se constató el dominio abrumador de un equipo, el Kas, que lo ganó casi todo: la general, la montaña y seis etapas. Por suerte, la Vuelta recobró la salud al año siguiente, con la presencia de grandes figuras mundiales, sin embargo, se produjo el triunfo inesperado de un holandés, Janssen. Una vez más, los pronósticos por el suelo.
Un año tan importante en el siglo pasado como el 68 también tuvo su impacto en la Vuelta. Un artefacto explotó durante la 15ª etapa, entre Vitoria y Pamplona, minutos antes de que pasaran los ciclistas. Fue una edición muy disputada y con muchos líderes. Al final el más listo fue el italiano Gimondi, quien con su victoria se convirtió en el segundo ciclista tras Anquetil en ganar las tres grandes rondas por etapas. En 1969 se vivió el nacimiento del nuevo ídolo del ciclismo nacional tras Bahamontes, Luis Ocaña. El conquense quedó segundo, por detrás del francés Roger Pingeon, a pesar de ganar tres etapas y la montaña. Su audaz forma de correr le convirtió en un icono. Cuatro años después llegó a su cénit con el triunfo en el Tour. El corredor de Priego se desquitó del segundo puesto en 1970, con la victoria en la ronda española por delante de Agustín Tamames, quien había llegado como líder a la última etapa, una contrarreloj de 29 kilómetros entre Llodio y Bilbao.
De nuevo Ocaña y Tamames partían como favoritos para la edición de 1971 pero hubo sorpresa, con un claro dominio foráneo. El veterano belga Ferdinand Bracke ganó una Vuelta en la que Ocaña sólo pudo ser tercero. Los ciclistas extranjeros ganaron casi todas las etapas y hasta la montaña. Al año siguiente cambiaron las tornas y los españoles se llevaron los premios. La victoria final fue para José Manuel Fuente, El Tarangu, y el equipo Kas repitió la exhibición del año 66. La 28ª Vuelta a España mostró el duelo más bonito de entonces: el belga Eddy Merckx, El Caníbal, contra Luis Ocaña. Ganó el primero gracias, sobre todo, a un recorrido llano que le era muy favorable, lo que limitó las ocasiones en que el español pudo atacar. En 1974, José Manuel Fuente se convirtió en el tercer corredor en ganar dos veces la Vuelta. Lo hizo con mucha emoción y poca diferencia -11 segundos- porque el portugués Agostinho le metió 2m 14s en la contrarreloj de la última jornada. De nuevo una pequeña diferencia, 14 segundos, decidió la edición de 1975. Ésta vez fue Agustín Tamames quien sorprendió en la contrarreloj final en el velódromo de Anoeta. Fue una enorme decepción para los favoritos, Perurena y Lasa, dos guipuzcoanos que esperaban hacerse con la victoria final ante sus paisanos. La sorpresa continuó al año siguiente: el ganador fue José Pesarrodona, quien sin vencer en ninguna etapa dejó a Ocaña otra vez sin la Vuelta. El conquense entraba en el ocaso de su carrera.
1977-1986
De Hinault a Pedro Delgado
La Vuelta volvió a ver a un belga como vencedor en 1977. Freddy Maertens estuvo de amarillo desde el primer día y ganó 13 etapas. Sin embargo, fue un triunfo condicionado por el recorte del trazado, que acabó en Miranda de Ebro porque la difícil situación en el País Vasco aconsejó suspender las últimas etapas. El año 1978 fue el del triunfo de otro de los grandes del ciclismo, el francés Bernard Hinault, conocido como El Caimán. Nuevamente la convulsa situación vasca impidió la celebración de la contrarreloj final en San Sebastián.
La Vuelta a España volvió a acercarse al peligro de la desaparición por problemas económicos. El Correo Español-El Pueblo Vasco renunció a la organización, pero el presidente de la federación, Luis Puig, logró que la empresa Unipublic se hiciera con la ronda española, que comenzó en Jerez el 24 de abril. Esta edición de 1979 tuvo como vencedor al holandés Zoetemelk. En 1980 el primero fue el joven Faustino Rupérez, en un año que vio la llegada de bastantes nuevos corredores. El tercer italiano en ganar la Vuelta a España fue Giovanni Battaglin, quien en 1981 se impuso por delante de Pedro Muñoz y Vicente Belda. Ese año comenzó su reinado en la clasificación de la Montaña José Luis Laguía, un clásico de este premio. El año en que España organizó el Mundial de fútbol fue uno de los más tristes para la Vuelta. La carrera llevaba ya varios años de capa caída y en 1982 se vivió el primer gran escándalo por dopaje. Al vencedor, el abulense Ángel Arroyo, se le desposeyó del título 48 horas después de finalizar la carrera por haber dado positivo en un control en la 17ª etapa. El primer puesto pasó a Marino Lejarreta, quien nunca se consideró ganador.
Del bochorno de la edición anterior se pasó, en 1983, a una de las mejores. Hinault consiguió su segunda Vuelta y demostró que era el mejor del pelotón mundial pero lo hizo a costa de grandes esfuerzos y sudores que le hicieron pasar los españoles, muy combativos. Además, la emisión de las etapas por primera vez en directo en la televisión pública relanzó la ronda. Triste fue la Vuelta de 1984 para los aficionados españoles, que vieron como el desconocido francés Eric Caritoux ganaba por sólo seis segundos a Alberto Fernández, la menor diferencia vista en la carrera española. Fernández, ciclista muy querido, murió meses después en un accidente de tráfico junto a su esposa cuando volvía de recoger un premio. En esa edición además comenzó a destacar un joven segoviano, Pedro Delgado, quien ganó la siguiente Vuelta, en 1985, en una escapada en la penúltima etapa, en la que le ayudó Pepe Recio. Delgado estaba a seis minutos del líder, el escocés Robert Millar, quien vio como se le escapaba el triunfo en uno de los finales más sorprendentes de la ronda hispana. Al año siguiente de nuevo Millar quedó segundo, esta vez ante Álvaro Pino, un corredor todo corazón que vivió su gran año.
1987-1997
Los suizos dominan
En 1987 la Vuelta tuvo por primera vez como ganador a un colombiano, Lucho Herrera, un escalador que se aprovechó de la ausencia de Pino por lesión y de que Fignon y Pedro Delgado vinieron a la Vuelta como preparación del Tour. El único gran adversario, el irlandés Sean Kelly, tuvo que retirarse por un forúnculo en la zona perineal. Kelly se sacó la espina al año siguiente, con una participación en la que demostró que además de velocista, se defendía en todos los terrenos. Perico Delgado consiguió su segundo triunfo en la edición 44ª. Esta vez sus rivales fueron los colombianos y de nuevo la ayuda de otro corredor, el ruso Ivanov, le aupó a lo más alto del podio.
El italiano Giovannetti ganó en 1990 gracias a una escapada en la segunda etapa que los favoritos no quisieron abortar. Le siguió en el palmarés un gran contrarrelojista, el catalán Melchor Mauri, quien apuntaba entonces como figura, máxime tras dejar a Miguel Indurain con el segundo puesto. Mauri contó además con la suerte de que la gran etapa pirenaica no se pudo disputar por una nevada. Meses después el corredor navarro ganaba el primero de sus cinco Tour. En 1992 el suizo Tony Rominger inició un dominio aplastante en la Vuelta, que ganó tres veces consecutivas. Nadie le hizo sombra esos años.
La Vuelta a España cambio de mes en 1995 y pasó a celebrarse en septiembre. El equipo ONCE se convirtió en el nuevo gran dominador y copó las clasificaciones, incluida la general con el francés Laurent Jalabert. Tres años después de su segundo puesto, Alex Zülle ganó por fin la ronda española en 1996 y le acompañaron en el podio otros dos suizos, Dufaux y Rominger. Indurain, en su último intento por ganar la Vuelta, se había retirado por una bronquitis. Zülle repitió triunfo en 1997 en una Vuelta que comenzó en Lisboa. Por primera vez empezaba la ronda española fuera del territorio nacional. Fue una edición con grandes nombres que por distintas razones no pudieron darlo todo: lesiones, abandonos o mal estado de forma.
1998-2012
Jersey oro y tres para Heras
En 1998, tras seis años de victorias foráneas, un español, Abraham Olano, se impuso en la Vuelta. El considerado entonces como sucesor de Indurain supo ganar una edición con mucha montaña. De hecho en el podio le secundaron Fernando Escartín y José María Jiménez, El Chava, quien comenzó a mostrar su categoría. La última edición de los noventa tuvo varias novedades: su ganador fue un alemán, Jan Ullrich, el líder llevaba el jersey oro -en vez del tradicional maillot amarillo- y se subió por primera vez el asturiano Alto de Angliru, que coronó el primero El Chava Jiménez.
Olano no pudo ganar su segunda Vuelta un año después por una caída que le obligó a retirarse. En una edición con muchos líderes y alternativas, Roberto Heras ganó en el 2000 la primera de sus tres Vueltas gracias a la célebre etapa de los Lagos de Covadonga. En 2001 el vencedor fue Ángel Casero, quien se enfundó el jersey oro sólo en la última etapa, una contrarreloj con final en la madrileña Puerta de Alcalá y en la que superó al entonces líder, el escalador Óscar Sevilla. Con la creciente costumbre de acercarse a otros grandes acontecimientos para lograr mayor repercusión, la Vuelta de 2002 finalizó en el estadio Santiago Bernabéu, en el año en que el Real Madrid celebraba un siglo de historia. El vencedor fue Aitor González, por delante de Roberto Heras, quien al año siguiente logró su segunda Vuelta en una edición que contó con el joven Isidro Nozal como inesperado líder hasta casi el final. La cronoescalada al monte Abantos, a las puertas de Madrid, permitió a Heras el asalto al liderato. En 2004 consiguió el bejarano su tercera Vuelta a España, que finalizó en el circuito del Mundial de ciclismo que se disputó en Madrid en 2005. Los jóvenes Santiago Pérez y Francisco Mancebo acompañaron en el podio a Heras, primer español en ganar tres veces la Vuelta. En la edición siguiente todo apuntaba a que Heras sería el primer hombre en ganar cuatro veces la ronda, y así lo hizo en la carretera, pero con trampa. De nuevo el dopaje vapuleó el ciclismo. Un mes después de la contrarreloj final en Alcalá de Henares, se anunció que Heras había dado positivo en esa etapa. Se le quitó el jersey de campeón, que pasó al ruso Denis Menchov, y de paso se sembraron de dudas los anteriores triunfos de Heras, quien ya no levantó cabeza como corredor.
El kazajo Vinokourov ganó la Vuelta a España de 2006, a pesar de la gran carrera que hizo Alejandro Valverde, pero en la etapa de Granada tuvo que ceder el jersey oro. Fue una edición con buenos jefes de fila. Un secundario, Óscar Pereiro, tendría gran protagonismo en el Tour de ese año, en el que quedó segundo y ganó meses después por dopaje de Landis. Menchov repitió triunfo en 2007 con un dominio casi aplastante. El ruso afincado en Navarra estuvo 13 días de líder y se llevó también las clasificaciones de la montaña y la combinada. En la edición de 2008 de la Vuelta, que tuvo una gran participación, se cumplió el pronóstico y el pinteño Alberto Contador, quien había ganado el Giro meses antes y el Tour del año anterior, se convirtió en el quinto corredor, tras Merckx, Anquetil, Gimondi y Hinault, en hacerse con las tres grandes rondas por etapas. Muchos corredores llevaron el jersey oro pero el triunfo de Contador en el Angliru fue el golpe definitivo para llegar de líder a Madrid.
La de 2009 ha sido la edición del 29º triunfo español en la Vuelta. Alejandro Valverde, tras dos podios, consigue su primer gran triunfo en una Vuelta en la que ha faltado un punto de combatividad, ya que nadie amenazó el triunfo del murciano.
En 2010 ganó el italiano Vincenzo Nibali, de 25 años y corredor del Liquigas; un compatriota suyo no estaba en lo más alto del podio desde 1990, cuando triunfó Marco Giovannetti. El segundo puesto de la Vuelta que estrenó nuevo jersey de líder, el rojo, fue para Ezequiel Mosquera, del equipo Xacobeo. Fue de las pocas alegrías para los españoles en una edición en la que los foráneos ganaron las clasificaciones importantes.
En las dos últimas ocasiones el podio ha tenido sabor español venciendo Juanjo Cobo en 2011 y Alberto Contador en 2012. Para la edición de 2013 que arranca hoy a las 18:48 los favoritos son según pronósticos Purito (Joaquim Rodríguez) y Alejandro Valverde. Veremos si se cumplen o hay sorpresas, pero lo que es seguro es que el espectáculo está servido.
Puedes ver la retransmisión en directo en su página web oficial.
Nota: fuente Unipublic y EL PAÍS.