Ramón Arjona es miembro de la «Comunidad del Anillo Verde», un grupo de amantes de la bicicleta que conocen como nadie el día a día de esta particular vía, cuyas obras comenzaron en el año 2003 y finalizaron en 2007. Errores en la señalización, fallos estructurales a la hora de confeccionar el recorrido, desgaste del pavimento o falta de mantenimiento de la vegetación de los aledaños representan a día de hoy las principales carencias del Anillo Verde para Arjona.
«La zona de la Depuradora de la China es crítica», subraya el cicloaficionado, quien explica que en ese punto los ciclistas tienen que compartir la acera con los peatones algo que, además de ser peligroso, de ocurrir en el centro de la capital es motivo de una multa, como muchos han sufrido en primera persona.
Peligrosas barandillas
«Aquí tenemos que ir por la acera, porque por ahí transcurre el carril, que tendrá como dos metros de ancho y que tenemos que compartir peatones y ciclistas», lamenta Arjona. Del mismo modo, y por si esto fuera poco, este tramo de acera está en un puente elevado en el que unas barandillas resguardan a los usuarios pero que, debido a su estrechez, «si rozas el manillar con la barandilla te vas al suelo».
«El problema en el Estadio Olímpico (de la Peineta) es una chapuza», resuelve al respecto, quien explica que los ciclistas han de pasar por un parque «que no está muy bien mantenido» y que también tienen que alterar su recorrido en este punto para continuar con la ruta.
Pavimento agrietado
Además, existe el problema recurrente de las juntas de dilatación, «que en su día se configuraron mal» y que actualmente, junto con el pavimento agrietado, han dado lugar a juntas de cinco centímetros, lo que aumenta el riesgo de accidente al circular en bicicleta.
Pese a todo ello, y en tiempos de expansión de la bicicleta urbana en Madrid gracias a BiciMad, Arjona confía en que la situación del Anillo Verde ciclista mejore: «Somos optimistas, seguro que en los próximos años se van haciendo cosas», vaticina.
El Anillo Verde ciclista representa un servicio que no todas las grandes ciudades pueden ofrecer a sus ciudadanos: una infraestructura deportiva de 64 kilómetros en pleno núcleo urbano, que actualmente corre el riesgo de descolgarse del pelotón.
Fuente: ABC.